MACARONS
DE LIMÓN
INGREDIENTES:
Mazapán:
60 grs. Harina de almendra
110 grs. Azúcar glas comprada
50 grs. claras huevo
25 grs. Azúcar normal
Colorante verde
Relleno:
50 grs. Mantequilla blandita
100 grs. azúcar glas
Ralladura de limón
2 cucharadas soperas de zumo de limón
PREPARACION:
Mezclamos la almendra molida con el azúcar glas y la
tamizamos dos veces a través de un colador para dejarla bien finita. Reservamos
Ponemos las clara con una pizca de sal en un bol y las
montamos a punto de nieve. Cuando veamos que empiezan a espumar añadimos los 25
grs. Azúcar y seguimos montando. Cuando esté a punto de montar del todo le
agregamos el colorante alimenticio y terminamos de montar a punto de nieve
fuerte.
Vamos añadiendo mezcla de almendra y glas a las claras
montadas en 3 veces mezclando con movimientos envolventes. Una vez añadida toda
la mezcla seguimos removiendo hasta conseguir que la crema caiga de la espátula
a modo de cinta.
Introducimos la mezcla en una manga pastelera.
Preparamos la placa de horno con papel antiadherente y llenamos la manga pastelera con la masa. Utilizaremos una boquilla redonda.
Debajo del papel de horno yo pongo una plantilla en la que he dibujado círculos para que de esta manera me salgan todos del mismo tamaño. Colocamos la manga pastelera encima de cada círculo verticalmente y presionamos hasta conseguir el tamaño deseado. Una vez hechos todos los macarons, golpeamos la bandeja contra la mesa para que salga cualquier burbujita que hubiera quedado. Dejaremos secar los macarons hasta que podamos tocar la superficie sin que se nos pegue y esté completamente seca. Es imprescindible este paso para que los macarons nos salgan bien.
Precalentamos el horno a 150 grados e introducimos la placa
en la segunda altura por abajo 18 minutos bajando la temperatura a 140 grados. Depende
del tamaño del macaron. Una vez horneados los sacamos y sin tocarlos, los
dejamos enfriar sobre una rejilla con el mismo papel de horno.
Una vez fríos y duritos, los rellenamos con la butter cream
de limón. Los dejamos en un recipiente hermético en la nevera.
Es preferible comerlos pasadas 24 horas para que alcancen su
textura perfecta
Recién sacados del horno
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