Ponemos la nata bien fría en un recipiente y comenzamos a batir.
Cuando esté medio montada agregamos el azúcar y la media cucharita de cuajada
en polvo.
Continuamos batiendo hasta que la veamos completamente
montada.
Por cada 200 ml de nata pondremos media cucharita de cuajada
en polvo.
Para elaborar el prefermento mezclamos en un recipiente los
ingredientes. La dejamos tapada con papel film y esperamos a que doble el
volumen.
En otro recipiente grande mezclamos la harina con el
prefermento, la ralladura, el azúcar, el azúcar invertido, la pizca de sal, los
2 huevos. Amasamos con la amasadora y cuando tengamos la masa trabajada agregamos
la mantequilla a trocitos y amasamos para que se disuelva y se integre bien.
Amasamos unos 10 minutos. Una vez hecha
la masa la dejamos reposar tapada con film hasta que doble su volumen. Si
queremos acelerar el levado podemos introducirla en el horno a 40 grados, pero
nosuperar esa temperatura.
Una vez ha levado, la sacamos a la encimera y la
desgasificamos aplastándola con las manos. Ponemos la masa sobre papel de horno
y le hacemos un agujero en el centro a partir del cual, estirando suavemente
con las manos, iremos dándole forma de roscón. Ha de quedar un agujero grande
en el centro ya que al fermentar y hornear, se empequeñece. Dejamos que doble
el volumen. Una vez ha fermentado, lo pintamos con huevo batido y lo decoramos
a nuestro gusto: mandarina confitada, guindas, piñones, azúcar con agua de
azahar…
Precalentamos el horno a 200 grados e introducimos la
bandeja con el roscón en la segunda altura empezando por abajo a 180 grados
unos 20 minutos. Sacar y dejar enfriar sobre una rejilla.
En una cazuela ponemos el agua y cuando hierva
incorporamos el azúcar. Removemos hasta que se disuelva.
A continuación añadimos el contenido del sobre
blanco y removemos. Se formará una espuma. Retiramos del fuego y esperamos unos
4 minutos para añadir el sobre de color. Removemos y nuevamente se formará
espuma.
Dejamos reposar hasta que enfríe y metemos en un
frasco hermético en la nevera. Puede conservarse hasta 1 año.
PROPORCIONES:
– En Heladería: Se sustituye el 30% del azúcar común de la receta por azúcar invertido. El azúcar invertido no cristaliza, así que como os he comentado, nuestros helados quedarán más cremosos y ayudará que al congelar no se produzcan esos cristalitos que de lo contrario aparecen habitualmente por la congelación.
– En masas fermentadas (bollería) se sustituye entre un 50-70% del azúcar común de la receta, por azúcar invertido. El azúcar invertido, ayuda a la fermentación de las masas, pero como aporta también humedad, ayuda a conservar en buen estado la bollería por más tiempo, a que no se seque y no se nos quede dura.
– Bizcochos y repostería se sustituye un 20%del azúcar común de la receta por azúcar invertido, y como en la bollería aporta humedad y ayuda a que se conserven por más tiempo jugosos los bizcochos.