En un bol ponemos el huevo y el azúcar y batimos. A continuación
añadimos la leche, el aceite, la harina y la levadura y por último el vinagre.
Removemos para formar una crema y reservamos.
Pelamos la manzana y la cortamos a láminas.
En una sartén antiadherente ponemos mantequilla y embadurnamos la
base y los laterales. Espolvoreamos abundante azúcar por la base y colocamos
las láminas de manzana. Cubrimos con la crema y ponemos al fuego al número 5
unos 25 minutos, con tapa.
Transcurrido el tiempo, destapamos y tocamos con el dedo para
comprobar que apenas se pega la masa. Con una lengua pastelera despegamos la
tarta de los laterales de la sartén y le damos la vuelta para cocinarla 5
minutos por el otro lado esta vez, sin tapa y subiendo al número 6 de fuego.
Comenzamos preparando la masa quebrada. Para ello ponemos la
harina junto con el azúcar y la pizca de sal en un bol y le medimos la
mantequilla. Trabajamos la masa con la mano y le agregamos el huevo.
Continuamos juntando los ingredientes con la mano, sin excedernos de amasado ya
que quedaría dura. Una vez podamos formar una bola la envolvemos en film y la
dejamos media hora en la nevera.
Transcurrido el tiempo la sacamos y sobre un papel de horno
la estiramos con la ayuda de un rodillo. Ha de quedarnos fina y con mayor
amplitud que el molde que utilicemos para hornear.
Untamos con un poquito de mantequilla el molde y le cruzamos
dos tiras de papel de horno para poder desmoldar la tarta posteriormente con
facilidad.
Extendemos la masa sobre el molde y lo acomodamos bien
apretado hasta la parte de arriba de los bordes. Si se rompiese podemos ir
corrigiéndolo con trocitos de masa.
Introducimos al horno a 200 grados 10 minutos pinchando la
superficie de la masa con un tenedor y colocando encima de la masa una placa de
metal para evitar que se hinche. Transcurridos los 10 minutos sacamos el molde
y le quitamos la placa de metal volviendo a introducir la fuente 5 minutos más
para que se cocine por el centro. Sacamos y reservamos.
Ponemos agua fría en un bol y le añadimos zumo de limón.
Pelamos las manzanas y las cortamos en cuatro partes. Laminamos luego cada
parte cortando medias lunas y las introducimos en el agua con limón.
Vertemos la crema pastelera sobre el molde de masa quebrada
y encima de ella vamos colocando superpuestas las láminas de manzana que
habremos secado bien. Espolvoreamos azúcar por encima y la metemos al horno 40
minutos a 200 grados.
Sacamos la tarta y la cubrimos por encima con gelatina de
albaricoque y en el centro ponemos una guinda
Para la gelatina de albaricoque ponemos una hoja de gelatina
en agua fría para hidratarla.
En un vaso ponemos mermelada y agua y la calentamos en el
micro. Incorporamos la hoja de gelatina, removemos y con un pincel pintamos por
encima toda la superficie de la tarta. Introducimos unas horas en la nevera
para que se enfríe.