Sobre cada loncha de jamón York untamos queso philadelphia y
colocamos una hilera de frutos secos troceados a lo largo de ella y huevo
hilado. Enrollamos el jamón formando un rulo y lo cortamos por la mitad.
Pelamos las patatas y
las cortamos a medias lunas muy finitas. En una sartén ponemos abundante aceite
y cuando esté caliente introducimos las patatas y la cebolla cortada. Salamos y
freímos hasta que estén bien hechas. Escurrimos con la rasera y sacamos a un
plato.
En un bol batimos los huevos y añadimos sal. Mezclamos con
las patatas fritas y la cebolla.
En una sartén ponemos una cucharadita de café de aceite y
cuando esté caliente vertemos la mitad de la mezcla. A continuación colocamos
encima las láminas de queso y seguido, las de jamón de york y cubrimos con el
resto de la mezcla.
Dejamos que se haga por un lado. Luego le damos la vuelta a
la sartén ayudándonos de un vuelca tortillas. Volvemos a agregar una cucharadita de aceite a la sartén
y ponemos la tortilla por el lado que falta de hacer. Una vez cuajada al gusto
se saca a una fuente.
Lavamos el calabacín y lo cortamos en rodajitas.
Las salamos un poco y las dejamos que suelten el agua unos 15 minutos. Luego
las escurrimos y las secamos con papel absorbente.
Troceamos el jamón york y las sabanitas de queso
y ponemos encima de una rodajita de calabacín un trocito de york y otro de
queso y tapamos con una segunda rodaja de calabacín haciendo un sandwich. Una
vez tenemos hechos todos los bocaditos los pasamos por harina y por huevo batido finalizando con el pan rallado
mezclado con ajo y perejil picado.
Calentamos aceite en una sartén y freímos los
bocaditos dorándolos por ambos lados. Los sacamos a un plato con papel
absorbente y servimos.
Partimos cada filete de jamón de york por la
mitad y cada una de ellas la doblamos en dos introduciéndoles media sabanita de
queso dentro.
Elaboramos una bechamel espesa y embadurnamos
cada librillo en la crema por los dos lados. Dejaremos cada librillo en un
plato que habremos pasado por agua fría para que la bechamel no se pegue a él.
Una vez pasados por la bechamel todos los librillos los metemos a la nevera
para que se endurezca y una vez durita los sacamos y los pasamos por huevo
batido y pan rallado.
Ponemos aceite en una sartén y freímos nuestros
librillos dorándolos por los dos lados.