Extendemos la masa de hojaldre y vertemos sobre ella anís.
Lo extendemos y cubrimos con cabello de ángel, procurando dejar un centímetro
alrededor del hojaldre, sin cubrir. Con
un tenedor pinchamos este borde para que no suba excesivamente y lo pintamos
con huevo batido.
Sobre el cabello extendemos una buena cantidad de piñones y
espolvoreamos por encima azúcar para que caramelice en el horno.
Precalentamos el horno a unos 220 grados calor arriba y
abajo e introducimos la placa a mitad de altura unos 20 minutos.
En un bol mezclamos todos los ingredientes de la masa y
amasamos hasta conseguir una consistencia fina y elástica.
Formamos una bola y la tapamos con film. Dejamos que
fermente hasta que doble su volumen.
Una vez ha fermentado la desgasificamos y partimos en dos
trozos.
Ayudándonos de un rodillo extendemos la masa en forma
ovalada de 1/2 cm aproximadamente de grosor.
Cubrimos toda la superficie con el cabello de ángel.
Extendemos la otra mitad de la masa y la superponemos encima
del cabello. Presionamos los bordes para que queden pegados y no se salga el
relleno.
Dejamos fermentar nuevamente para que doble el volumen
tapado con un paño.
Una vez ha fermentado la pintamos con huevo batido y decoramos
con guindas, piñones, azúcar humedecida con agua y azahar y almendra granillo.
Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos la coca a
mitad de altura unos 20 minutos con ventilador a 155 grados. Si lo horneamos
sin ventilador lo pondremos a 180 grados 22 minutos.
Foto de la coca de cabello enviada por Luz Esteve. Fabulosa Luz.
En un bol mezclamos todos los ingredientes de la masa y
amasamos hasta conseguir una consistencia fina y elástica.
Formamos una bola y la tapamos con film. Dejamos que
fermente hasta que doble su volumen.
Una vez ha fermentado la desgasificamos y partimos en dos
trozos.
Ayudándonos de un rodillo extendemos la masa en forma
ovalada de 1 cm aproximadamente de grosor. Le hacemos en la superficie unos
cortes y dejamos que vuelva a fermentar tapada con un paño.
Una vez ha fermentado la pintamos con huevo batido y
ayudándonos de una manga pastelera, extendemos la crema por los cortes que
habíamos realizado en la superficie.
Decoramos con guinda, naranja confitada, piñones y almendra granillo.
Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos las dos
cocas a mitad de altura unos 20 minutos con ventilador a 155 grados. Si lo
horneamos sin ventilador lo pondremos a 180 grados 20 minutos.
En un recipiente mezclamos la harina con
el aceite y el agua y amasamos hasta que formemos una bola que no se nos pegue
en los dedos. Si hace falta añadir un poquico más de harina, la añadiremos.
Dividimos la masa en tres trozos.
A continuación, sobre papel de horno
colocamos los trozos de masa y ayudándonos del rodillo las estiramos muchísimo hasta
dejarlas casi del grosor del papel. Una vez estiradas vertemos una chorradica
pequeña de aceite por encima de cada una y lo extendemos. Agregamos abundante
azúcar por encima y piñones al gusto.
Precalentamos el horno a 220 grados e
introducimos la bandeja con las cocas en la segunda altura empezando por arriba
a 220 grados unos 10 minutos. Cuando veamos que están bastante doradas las
sacamos rápidamente y les vertemos por encima una buena chorrada de anís.
Volvemos a meterlas al horno 2 minutos más. Las sacamos y las dejamos enfriar.
Mezclamos
todos los ingredientes en un bol y amasamos 5 minutos hasta que la masa quede
suave y compacta. Dejamos reposar media hora tapada con film hasta que doble su
volumen.
Extendemos
la masa sobre papel de horno y con las manos vamos extendiéndola formando una
plancha con hoyuelos que habremos hecho presionando con los dedos. Regamos la
coca con aceite de oliva por encima y azúcar. Volvemos a dejar 15 minutos
fermentar y a continuación introducimos en el horno precalentado a 180 grados
en la segunda altura empezando por abajo unos 15 minutos. Transcurridos 10, la
sacamos y regamos con anís la superficie. Volvemos a introducir al horno hasta
terminar los 15 minutos o hasta que la veamos dorada. Dejamos enfriar y a comer
Mezclamos el aceite y la cerveza con la pizca de sal y
vamos añadiéndole harina hasta formar una bola que no se nos pegue en las
manos. Estiramos la masa con un rodillo y vamos colocando sobre ella
rodajitas finas de manzana pelada. Espolvoreamos con azúcar y metemos al horno
a unos 220 grados hasta que veamos que la masa se empieza a dorar por los
bordes y la manzana coge color dorado por los extremos (35 minutos). Cuando la
sacamos, untamos la manzana con una brocha y mermelada para darle brillo.
la base queda como crujiente.
Cocemos las patatas
en agua con sal en la olla en 7 minutos. Las sacamos, las pelamos y las
chafamos en una fuente con un tenedor. Incorporamos la almendra molida, el
azúcar, la ralladura de limón y las yemas. Mezclamos muy bien todo. Levantamos las
claras a punto de nieve y las agregamos a la mezcla con movimientos
envolventes. Precalentamos el
horno a 200 grados. Vertemos la mezcla en una fuente de horno e introducimos a
media altura 1 hora y cinco minutos con fuego por arriba y por abajo. Dejamos enfriar
antes de desmoldar. Espolvoreamos de azúcar glass por encima.