En
un bol ponemos 100 ml de nata y 45 grs. de azúcar y la montamos hasta conseguir
picos. Agregamos una cucharita de vainilla y le añadimos el queso mascarpone y
batimos hasta integrarse todo y conseguir una crema espesa. Reservamos.
Mezclamos
el café con el licor y2 cucharaditas de
azúcar.
Cogemos
los bizcochos de soletilla y los troceamos. Colocamos los trocitos en el fondo
de una copa y los humedecemos ligeramente con el café. Cubrimos con la crema de
mascarpone y espolvoreamos un poco de cacao. Volvemos a cubrir con bizcochos
troceados y volvemos a humedecerlos con el café. Finalizamos poniendo una
generosa capa de mascarpone y cubrimos con cacao puro en polvo. Introducimos
unas horas en la nevera.
Espolvoreamos
por encima cacao puro en polvo hasta cubrir toda la superficie.
En
un bol ponemos 200 ml de nata y 85 grs. de azúcar y la montamos hasta conseguir
picos. Le añadimos el queso mascarpone y batimos hasta integrarse todo y
conseguir una crema espesa. Reservamos.
Ponemos
el café en un plato hondo añadiéndole el licor y 2 cucharadas de azúcar.
Cogemos
los bizcochos de soletilla y los mojamos en el café brevemente y los vamos
colocando en un molde de horno de manera que cubramos toda la base. A
continuación ponemos la mitad de la crema de mascarpone y encima de ella otra
capa de bizcochos untados en café. Por último cubrimos con el resto de mezcla
de mascarpone.
Introducimos
unas horas en la nevera.
Espolvoreamos
por encima cacao puro en polvo hasta cubrir toda la superficie.
Colocamos
en un recipiente el agua muy fría, el café soluble y el azúcar y batimos 3
minutos con las varillas de montar o bien con un batidor de mano, si bien en
este caso, tardaremos un poquito más.
Una
vez bien espesa, la repartimos en 4 copas y decoramos con nata montada y
caramelo líquido por encima.
Mezclamos la almendra molida con el azúcar glas y la tamizamos
dos veces a través de un colador para dejarla bien finita. Le añadimos los 45
grs. de claras y formamos un mazapán mezclando bien los ingredientes. Añadimos
el colorante y mezclamos. Reservamos tapada con film para que no se seque.
Poner a cocer en un
cazo los125 g.
azúcarjunto con
los 35 g. de agua y 3 gotas de zumo de limón para que no cristalice (almíbar).
No debemos remover el almíbar mientras se hace. Comprobaremos que tenemos el
almíbar hecho cuando introduzcamos en él una arandela a modo de burbujero y
soplando a través de la arandela podamos formar una burbuja. Cuando el almíbar
llegue a punto de hebra fuerte (aprox. 2 minutos hirviendo no fuerte) ponemos a
montar en la batidora los 50 g. de claras y cuando estén montadas a punto de
nieve vamos añadiendo el almíbar caliente en forma de hilo sin dejar de batir
hasta formar el merengue. Podemos añadir el colorante cuando tengamos el
merengue montado y batimos otro poco para que se integre. El merengue ha de
quedar a punto de pico de pato fuerte, es decir, que cuando levantemos las
varillas quede el merengue como un pico que no se baje. Le incorporamos el
colorante.
Añadimos el merengue
al mazapán que teníamos reservado y mezclamos con movimientos envolventes hasta
conseguir un punto de cinta que al caer lo haga lentamente y quede como una
cinta plegada y el dibujo desaparezca poco a poco.
Preparar la placa
de horno con papel antiadherente y coger la manga pastelera con una boquilla redonda y
rellenarla con la masa de macaron.
Dosificar la masa de
macaron con la manga colocándola verticalmente sobre el papel de horno y
presionando sin mover para dar forma al
macaron y una vez hechos todos golpeamos la placa sobre la mesa para conseguir que
salgan las burbujitas de aire que pudiera tener la masa dentro.
Los dejamos secar
hasta que podamos tocar su superficie y esté completamente seca. Si queremos
acelerar el proceso de secado podemos introducir los macarons en el horno a 30
grados de temperatura hasta que la superficie esté seca.
Precalentamos el horno a 155 grados e introducimos la placa
en la segunda altura por abajo unos 15 minutos bajando la temperatura a 150
grados. Depende del tamaño del macaron. Una vez horneados los sacamos y sin
tocarlos, los dejamos enfriar sobre una rejilla con el mismo papel de horno.
Una vez fríos y duritos, los rellenamos con la butter cream
de café ayudándonos de una manga pastelera con boquilla rizada.
Butter cream:
Para hacer la butter cream de café ponemos en un bol la
mantequilla a punto pomada y comenzamos a batirla. Añadimos el café disuelto en
el ron y continuamos batiendo. Por último añadimos el azúcar glas poco a poco y
batimos hasta formar la butter cream.
Los dejamos en un recipiente hermético en la nevera.
Es preferible comerlos pasadas 24 horas para que alcancen su
textura perfecta
En un recipiente
ponemos leche y la templamos un poco en el microondas. Le añadimos abundante
azúcar y el sobre de café soluble. Disolvemos bien y en ella empapamos las
rebanadas de pan. A continuación las rebozamos en huevo batido y las dejamos
sobre una rejilla. Calentamos abundante aceite en una sartén y freímos las
torrijas dorándolas por ambos lados. Se sacan a un plato con papel absorbente y
se rebozan en azúcar con canela por los dos lados. Se emborrachan con el
moscatel .
Montamos las claras a punto de nieve y reservamos.
Batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. A
continuación añadimos el queso mascarpone y batimos. Incorporamos a la mezcla
las claras a puto de nieve y mezclamos con movimientos envolventes.
Ponemos los dos cafés en un plato hondo añadiéndoles el
licor y un poco más de agua.
Cogemos los bizcochos de soletilla y los mojamos en el café
brevemente y los vamos colocando en un molde de horno de manera que cubramos
toda la base. A continuación ponemos la mitad de la crema de mascarpone y
encima de ella otra capa de bizcochos untados en café. Por último cubrimos con
el resto de mezcla de mascarpone.
Rallamos un trozo de chocolate y lo espolvoreamos por encima
del mascarpone. Terminamos cubriendo la capa de chocolate con otra de cacao en
polvo que pondremos a través de un colador repartiéndolo por todo. Dejamos unas
horas en la nevera y listo.