Ponemos los huevos junto con el azúcar en un recipiente y batimos
hasta que espume y doble el volumen.
Incorporamos el azúcar invertido, el yogur, la mantequilla y continuamos batiendo. Por último agregamos
la avellana molida, una pizca de sal y
la harina junto con la levadura y mezclamos con el batidor de mano.
Vertemos la mezcla en un molde con papel antiadherente y untamos
sus paredes con mantequilla. Introducimos al horno precalentado a 200 grados a
media altura y bajamos la temperatura a 185 grados unos 41 minutos.
Ponemos
en una sartén la almendra y la tostamos hasta que veamos que tiene un color
dorado. Removemos constantemente.
Llegados
a este punto, añadimos el azúcar. Ponemos un fuego medio (yo puse un 5 de un
máximo de 9) y no dejaremos de remover
en ningún momento.
Cuando
veamos que el azúcar se ha adherido a la almendra y ya no queda azúcar blanca,
lo retiramos sobre un papel de horno y la dejamos enfriar completamente.
Para preparar la nata montada, colocamos la
nata en un recipiente y comenzamos a batir. Cuando esté semi montada le
añadimos 4 cucharadas de azúcar, 1 cucharada de azahar y 2 sobres de cuajada en
polvo. Continuamos batiendo hasta obtener una nata que forme picos. Rellenamos
con ella una manga pastelera con boquilla rizada y reservamos en la nevera.
Extendemos una masa de hojaldre y la cortamos en forma de cinco
ayudándonos de una plantilla de papel y de un corta pizzas o cuchillo afilado.
Una vez tenernos el hojaldre con forma de cinco,lo pincelamos con huevo batido al que
añadimos una cucharita de azúcar. Una vez pincelamos repartimos por toda la superficie
almendras laminadas.
Precalentamos el horno a 200 grados e introducimos la placa a media
altura unos 15 minutos o hasta que esté dorado.Lo sacaremos y lo dejaremos enfriar.
Con un cuchillo de sierra partiremos por la mitad y rellenaremos
con la nata.
En un bol ponemos los huevos y el azúcar y batimos hasta que se
blanquee y duplique el volumen. A continuación añadimos la leche y el aceite
dejándolos caer a hilo y batiendo mientras tanto. Por último incorporamos la
harina mezclada con la levadura a través de un colador poco a poco y
continuamos batiendo a baja potencia.
Una vez bien mezclada la masa, pero sin sobrebatirla, tapamos
el bol con film y la dejamos en la nevera 2 horas.
Transcurrido el tiempo la sacamos de la nevera y vamos
llenando los moldes de magdalenas algo más de ¾ de capacidad. Yo acostumbro a
meter los moldes de papel dentro de moldes rígidos para que suban mejor.
Espolvorear azúcar por encima.
Precalentar el horno a 230 grados e introducir la bandeja
con las magdalenas en la segunda altura por abajo y bajar el fuego a 220 grados
durante unos 16 minutos o bien cuando al sacarlas y las pinchemos con un
palillo, salga seco.
En
un bol ponemos los ingredientes del prefermento y amasamos ligeramente para
formar una bola. La tapamos con film y dejamos que fermente y doble el volumen.
En
un recipiente ponemos todos los ingredientes de la masa con el agua templada en
el microondas. Incorporamos el prefermento y amasamos bien hasta obtener una
masa lisa y elástica. Formamos una bola y la dejamos en un recipiente tapada
con film hasta que fermente y doble el volumen. Queda una masa bastante
blandita.
Una
vez ha fermentado la ponemos sobre la mesa y la desgasificamos. Ayudándonos de
las manos untadas con un poquito aceite, extendemos la masa y colocamos en el
centro el relleno que habremos hecho formando una pasta con la harina, el
azúcar y el aceite.
Juntamos
los bordes de la masa hacia el centro formando un paquetito y presionamos para
cerrar bien y que no se salga el relleno. Colocamos sobre papel de horno y
ayudándonos de las manos extendemos la torta para darle forma y que el relleno
se distribuya por todo.
Pinchamos
con un tenedor la superficie y espolvoreamos abundante azúcar por encima.
Dejamos nuevamente que fermente y doble el volumen.
Horneamos
a media altura a 190 grados con el horno precalentado unos 28 minutos.
Colocamos la mantequilla en un recipiente y la
derretimos en el micro 25 segundos. La sacamos y añadimos los dos tipos de azúcar. Batimos bien. A continuación incorporamos
los huevos, uno a uno y seguimos
batiendo. Agregamos la vainilla. Batimos todo y por último incorporamos la
levadura y la harina junto con un pizco de sal. Formamos una crema bien
mezclada y agregamos los trocitos de chocolate y las avellanas. Mezclamos muy
bien.
En la placa de horno ponemos papel vegetal y vamos
colocando cucharadas de masa procurando dejar una buena separación entre ellas
ya que en el horno se agrandan. Las aplanamos un poquito.
Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos
la bandeja en la segunda altura por abajo, 15 minutos.
Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuidado
porque al sacarlas están blanditas.
En
un recipiente ponemos la harina, la sal, el azúcar, la manteca, la levadura, el
anís y removemos
Mezclamos
con una espátula y seguido amasamos levemente con la amasamos para juntar los
ingredientes.
Envolvemos
la masa en film y dejamos en la nevera hasta que endurezca un poco.
Sacamos
y con un rodillo estiramos la masa. Con cortapastas o bien con un vasito
pequeño enharinados, vamos cortando los sobadillos de un centímetro de grosor
aproximadamente y los iremos dejando sobre una placa de horno con papel antiadherente.
Precalentamos
el horno a 200 grados e introducimos la bandeja a mitad de altura bajando el
fuego a 190 grados. Dejaremos 15 minutos o bien hasta que se doren ligeramente
por la superficie. No deben tostarse. Podemos subir el horno a 250 grados sólo
calor por arriba durante dos minutos para que se doren un poquito por la
superficie.
Cuando
los saquemos los embadurnaremos con azúcar.
Ponemos 1huevo en un bol y lo batimos ligeramente.
A continuación la agregamos el azúcar y seguimos batiendo. Ponemos
el aceite y continuamos batiendo. Añadimos la manteca que ha de estar blandita y
la batimos enérgicamente un rato. Luego agregamos las almendras molidas y por
último la harina.
Mezclamos muy bien todo y amasamos con las manos para que
ligue bien la masa. Simplemente tenemos que presionar con las manos para
compactar la masa.
Envolvemos en papel film y dejamos endurecer en el frigorífico una
media hora.
Extendemos la masa sobre papel de horno y con un rodillo la estiramos. Deberá
tener una altura de 1’5 centímetros ó 2.Con un corta pasta vamos cortando los circulitos o las estrellas o
corazones, dependiendo del molde que usemos. Pincelamos la superficie con huevo
batido y espolvoreamos azúcar por encima. También podemos adornarlos con almendra
granillo, azúcar, almendra laminada…sésamo o ajonjolí por encima para
decorarlos.
Los vamos colocando sobre
papel de horno en una bandeja. Precalentamos el horno e introducimos la bandeja
a 190 grados, a mitad de altura unos 15 minutos. Cuando veamos que se abren o
se doran un poco ya están. Si queremos que el dorado sea más rápido, pondremos
el grill a 250 grados sólo por arriba.
Cuando los saquemos no los tocaremos ya que se romperían. Hay que
esperar a que estén fríos para moverlos.
Si queremos, podemos espolvorear azúcar glas por encima de algunos
Mezclamos todos
los ingredientes de la masa excepto el caco y batimos hasta formar una cremita.
Separamos una
parte de la crema a otro recipiente y le añadimos el cacao. Mezclamos bien para
que no queden grumos. Tapamos los dos recipientes con papel film y lo dejamos
reposar unos 20 minutos en la nevera.
Pasamos la
mezcla de cacao a un biberón.
Transcurrido el
tiempo, ponemos una sartén antiadherente al fuego y añadimos una gota de aceite.
La extendemos por toda la sartén y con un papel retiramos el exceso quedando la
sartén casi limpia.
Cogemos el
biberón de cacao y vamos haciendo una espiral en la sartén. Dejamos unos
segundos que cuaje un poco y vertemos encima un cacito de crema de vainilla
moviendo la sartén para que se extienda por toda ella dejando una fina capa.
Cuando veamos que se ha dorado un poquitín por los bordes, le damos la vuelta y
la cocinamos por el otro. La sacamos a un plato y las iremos colocando unas
encima de otras tapadas con un paño para que se mantengan calientes y
elásticas.
Las rellenaremos con o que más nos guste: nutella,nata montada,mermelada,frutas,frutos secos...
En una cazuela ponemos el agua y el azúcar. Removemos hasta que se
disuelva y cuando empiece a hervir en añadimos el zumo de limón. Esperamos que
alcance los 100 grados y retiramos del fuego.
Dejamos que baje la temperatura hasta los 50 grados y entonces
añadimos la cucharita de bicarbonato. Removemos y dejamos reposar hasta que se
enfríe.
Una vez frío metemos en un frasco hermético en la nevera. Puede
conservarse hasta 1 año.
En una picadora, trituramos las nueces y las reservamos.
Derretimos la mantequilla en el microondas 30 segundos y la
mezclamos con el azúcar glas hasta formar una crema.
En un bol ponemos la harina tamizada junto con la pizca de sal y
canela y la vainilla.
Agregamos las nueces picadas y removemos. Por último incorporamos
la crema de mantequillay glas y
amasamos hasta formar una bola. Simplemente tenemos que ir apretando los
ingredientes con la mano para que se compacten.
Colocamos papel de horno en la placa de hornear y vamos cogiendo
porciones de masa del tamaño de una nuez y formamos una bola. Las vamos dejando
encima de la placa.
Nos saldrán 24.
Precalentamos el horno a 180 grados e introducimos la bandeja a
media altura en el horno con calor arriba y abajo unos 20 minutos.
Retiramos y dejamos enfriar 5 minutos.
A continuación las rebozamos en azúcar glas y las guardamos en una
lata para que se conserven.
Ponemos
aceite en una sartén y freímos el pan cortado en cuadraditos. Una vez dorados,
los reservamos en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de
aceite.
Colamos
el aceite y añadimos la cáscara de limón y el anís en grano. Dejamos que se
frían unos segundos y colamos el aceite en una cazuela.
Añadimos
a la cazuela la harina y la refreímos hasta que cambie de color para quitarle
el sabor de harina cruda. Agregamos el agua, el azúcar, el chorrito de anís y
la pizca de sal. Removemos muy bien para que no se formen grumos y cuando
veamos que espesa y comienza a hacer burbujas gordas, lo retiramos del fuego y
lo servimos en recipientes.
Espolvoreamos
canela molida por encima y decoramos con tos tostones de pan fritos.
Calentamos el agua no más de 40 grados y la
añadimos a un cuenco donde tendremos la harina con la sal y la levadura.
Removemos bien hasta que quede una masa fina y
bien mezclada. Dejamos fermentar tapado con film unos 30 a 60 minutos.
Pasado ese tiempo pondremos la masa en una manga pastelera y
le cortamos la punta dejando una abertura de 1 cm. aprox..
Calentamos abundante aceite en una sartén y
cuando humee añadimos la masa en forma de tira enroscada y dejamos que se dore
un poco por los dos lados. Sacamos a un plato con papel absorbente y
espolvoreamos de azúcar.
En un bol ponemos el queso. Le añadimos los
huevos y el azúcar y removemos con una cuchara. Incorporamos la nata y la
harina y continuamos removiendo para que se forme una crema. No hay que batir.
Colocamos papel de horno húmedo en un molde y
vertemos la mezcla en él.
Precalentamos el horno a 210 grados y metemos la
tarta a media altura unos 35-40 minutos.
Cuando la saquemos veremos que parece muy
blandita, pero en cuanto se enfría queda perfecta.
Descongelamos la masa de hojaldre y la estiramos
ayudándonos de un rodillo y un poco de harina. Acontinuación, con un cuchillo afilado, vamos
cortando triángulos de la masa y los vamos colocando sobre una bandeja de horno
con papel vegetal. Si queremos que el hojaldre nos quede alto, superponemos dos
láminas de masa pegándolos con huevo batido. Por último pintamos con huevo
batido los trozos de masa por arriba para que al hornearla coja un color
doradito. Colocamos por encima almendra cruda fileteada o bien piñones.
Precalentamos el horno a 220 grados e
introducimos la placa a media altura unos 20 minutos o hasta que estén
dorados.Los sacaremos y los dejaremos
enfriar. Con un cuchillo de sierra partiremos por la mitad los hojaldritos y
rellenaremos con el cabello de ángel